La dificultad para experimentar el orgasmo es un trastorno que afecta en mayor medida a las mujeres, aunque pueden padecerlo los hombres, asociado a falta de eyaculación o incluso con eyaculación.
La anorgasmia es la inexistencia de las contracciones musculares y las sensaciones placenteras -fisiológicas y psicológicas- que sobrevienen cuando se alcanza el momento de mayor tensión de placer sexual. La dificultad total (en todas las ocasiones) o parcial (solo en determinadas circunstancias) para alcanzar el orgasmo puede estar asociada o motivada por distintos problemas de carácter neurológico, psicológico, conductual o fisiológico.
Simplificando, se podría decir que el orgasmo tiene como objetivo, descargar la tensión de placer, previamente acumulada durante la estimulación de las zonas erógenas.
La anorgasmia se produce porque existe algún bloqueo o bien en la capacidad de percibir los estimulos placenteros (dificultades de percepción) o bien en la expresión de la distensión orgásmica (represión de la expresión). En el primer caso, la persona puede sentir placer pero no el suficiente para que la tensión de placer alcance el punto más alto en el que se produce la distensión y las contracciones. En el segundo caso, la persona siente mucho placer, lo disfruta mucho pero llegado el momento no logra dejarse llevar y expresar las sensaciones sin reprimirlas.
Quienes padecen anorgasmia
La mayoría de las personas que padecen anorgasmia, a pesar de mantener unas relaciones sexuales satisfactorias, debe su disfunción a factores de carácter psicológico, traumas por experiencias previas, errores de aprendizaje y/o dificultades en las relaciones sexuales.
Entre las causas más habituales de este tipo está el desconocimiento del propio cuerpo; la tenencia de falsas creencias; una actitud vergonzosa; estrés y tensión provocados por temores a un embarazo, en el caso de las mujeres; temor a una relación insatisfactoria; conflicto moral; disgusto ante el propio cuerpo; ascos; etc.
Como vemos, son actitudes y comportamientos que tienen mucho que ver con la forma en que aprendemos a ser nosotros mismos en las relaciones sexuales; el modo en que interpretamos la situación; la manera en que nos vemos y vemos a nuestra pareja.
Anorgasmia en las relaciones
Personas sin problemas fisiológicos que padecen anorgasmia con su pareja sexual, pueden experimentar el orgasmo mientras se masturban. Otras personas requieren de un tiempo bastante prolongado para alcanzar el orgasmo.
Los casos de anorgasmia total, es decir, aquellos casos en los que nunca se ha producido un orgasmo, son más habituales entre las mujeres que en los hombres.
Anorgasmia en la cultura
Nuestra cultura, sobre todo en ciertos ámbitos sociales, contribuye a una educación de exigencia, perfección, belleza física, modales decorosos, inhibición de las emociones, expresión contenida del afecto y del placer, etc. Todos estos condicionantes de la vida cotidiana que los aprendemos en nuestra socialización temprana, van dejando un poso en nuestra personalidad y en nuestro modo de comportarnos, incluso en la intimidad.
A veces no cremos alcanzar el ideal de belleza y eso nos hace nos disfrutar del placer sensual en la intimidad. En ocasiones sentimos que la situación no es todo lo perfecta que habíamos idealizado y nos sentimos un poco defraudados. Otras veces los modales actúan de represores de las manifestaciones emocionales en nuestras relaciones sociales e impiden, muchas veces, que en la intimidad se produzcan con espontaneidad.
Tratamiento
La terapia se centra en el entrenamiento de técnicas de percepeción de estimulos, concentración en el placer, relajación, desinhibición de la expresión del placer, modificación de ciertas conductas, eliminación de complejos, aprendizaje de posturas...
Se trabaja en el cambio de ciertas creencias erróneas y en la modificación de estilos emocionales controladores o perfeccionistas.
Además de una terapia adecuada de aprendizaje perceptivo, relajación y comunicación con la pareja, hay determinadas actividades o circunstancias que pueden favorecer el orgasmo.
En la mujer, la fase de ovulación facilita la actitud erótica, debido al estrógeno y la oxitocina que se liberan en el cuerpo en mayor cantidad durante los días posteriores a la ovulación.
Del mismo modo, el ejercicio físico aumenta los niveles de testosterona y facilita el orgasmo. Los alimentos con bajo contenido graso son más adecuados para una dieta que facilite la respuesta sexual.
©Lola Salinas