El equilibrio en la madurez es muy recomendable en las relaciones de pareja. La existencia de un desequilibrio puede producir mucho malestar, incomprensión, frustración, desajustes y fricciones.
La madurez es el desarrollo de los rasgos de personalidad de un modo equilibrado y eficaz para mantener relaciones con uno mismo y con el entorno. Son rasgos de madurez la responsabilidad, la disciplina, saber posponer lagratificación, saber tolerar las contrariedades, saber negociar las diferencias, ser conscientes de nuestro perfil de personalidad, tomarnos las cosas con mesura, saber racionalizar los acontecimientos, analizar las experiencias y aprender de ellas, aceptar un error, saber pedir perdón, eliminar los complejos... y un largo etc.
El trabajo personal para madurar puede durar toda la vida porque es posible que en algunos rasgos de nuestra personalidad seamos maduros y en otros seamos inmaduros. Una relativa madurez, consistiría en ser conscientes de estas diferencias y responsabilizarnos de trabajarlas para desarrollar la madurez en todos los aspectos. No se trata de ser perfectos, se trata de ir puliendo nuestros rasgos inmaduros para poder tener un equilibrio personal que se refleje también en nuestras relaciones sociales y de pareja.
La inmadurez de uno o de dos de los miembros de la pareja puede llevar a situaciones de conflicto constantes, nos impide disfrutar de un bienestar sostenido y plácido. La inmadurez puede llevar a ser caprichoso, a tener mal humor por nada, a ser inconstante en nuestras obligaciones, a no saber actuar en las situaciones, a no analizar adecuadamente un error que hemos cometido, a ser muy exigentes con los demás y poco con nosotros...
Todas estas situaciones pueden deteriorar mucho las relaciones de pareja y la vida personal, es muy conveniente y aconsejable que las trabajemos en terapia o en coaching para lograr ese equilibrio tan deseable y eficaz.
Artículo 'Los principios del bienestar' en blog lolasalinas-psicologa.com/wordpress
©Lola Salinas